Contenidos de la publicación
Si estás planteándote dejar algo en herencia. O, por el contrario, has heredado bienes y te encuentras que estos están en manos de un fiduciario. Entonces, te estarás preguntando ¿Qué es el fideicomiso y para qué sirve?
Se trata de una figura legal que entra en juego en algunas herencias. Y que funciona a través de una especie de intermediario entre el propietario original y el heredero. Su principal actividad es la de custodiar y gestionar bienes, pero hay muchos más datos que debes conocer.
Por ello, en inmobiliaria Banker & House, hemos pensado que este artículo te puede interesar.
Definición de fideicomiso
Podemos definir el fideicomiso como un acto jurídico, regulado por ley que supone establecer un intermediario entre unos bienes a heredar y su heredero final. Se trata de un acto de confianza pues, el propietario original, entrega esos bienes y activos a persona. Pero esta persona no es la heredera final. Sino que estará encargada de custodiarlos y gestionarlos hasta que la persona a heredar, se pueda hacer cargo de los mismos.
El beneficio que se genere por medio de esta administración, por norma general, será para el heredero final. Y es algo que se suele utilizar mucho cuando el heredero o herederos son menores de edad. Y aún no tienen la capacidad legal ni el conocimiento necesario para gestionar los bienes y activos heredados.
Son varios, los autores que han tratado este tema y que han aportado una definición. Así Díaz, establece que es un contrato mercantil, sin personalidad jurídica, que da legitimidad al fiduciario para administrar unos bienes que no son suyos. Así, el propietario o fideicomitente, confía los bienes para que, después, pueda aprovecharse una tercera persona.
Por su parte, Rosso y Uriarte, dice que el fideicomiso es un negocio jurídico en el que el propietario transfiere su confianza al fiduciario. El objetivo es que, finalizado un plazo o cumplida una condición, estos bienes, se puedan transmitir al beneficiario final.
¿Cómo funciona en España?
En España el fideicomiso tiene una serie de características que son importantes conocer para poder determinar si queremos configurar uno. Y cómo hacerlo.
Así, como ya hemos determinado, el fideicomiso es un acuerdo legal entre partes. En el que se pretende que una de las partes, administre un patrimonio que no es suyo, para después transmitírselo al heredero final.
Además, es un instrumento legal que nos servirá para poder hacer una planificación financiera. Pues, se transfieren unos bienes, pero no se pierde el control de los mismos hasta nuestra muerte. Y, la transferencia es más rápida que si se llegase a tener que hacer una repartición de bienes convencional.
El fiduciario, tiene una figura tipo puente, pues es solo un intermediario entre el fideicomitente y el fideicomisario. Si bien, también es una especie de primer heredero. Y según el tipo de contrato que se firme, puede beneficiarse de los bienes heredados o solo conservarlos y transmitirlos.
Este tipo de actividad, está regulada por el Código Civil, y, según el artículo 785.1, en el contrato, debe quedar muy claro que se trata de un fideicomiso. Y de que existe una intención real de transmitir esos bienes.
Asimismo, por medio de los artículos 784 y 759, se establece que el fideicomiso permite la sustitución condicional. Y que existen una serie de límites que podremos encontrar en el artículo 781.
Por ejemplo, estos límites se refieren a que el heredero o herederos deben de estar vivos en el momento en el que se ha fijado que debe de realizarse el traspaso. Y, en el caso de que estos herederos no hayan nacido, el fideicomiso debe de entregarse a otros fideicomisarios que estén establecidos en el contrato. O llegar al segundo grado de la línea establecida en donde debería de haber nacido el heredero final si no hay ninguna cláusula que diga lo contrario.
¿Para qué sirve?
En España, la figura del fideicomiso es especialmente utilizada en los casos en los que se quiere incluir a una persona en una herencia. O se quiere repartir ésta entre varios beneficiarios indirectos o de forma desigual. Es muy importante tenerlo en cuenta, si lo que queremos es proteger determinado patrimonio de ciertos herederos. Por ejemplo, si se tiene certeza de que estos, al heredar, van a vender los bienes.
O, si hay desavenencias o disputas entre progenitores y herederos. Con esta figura, lo que se pretende, es preservar determinados bienes, acciones o activos. Ya que, si entrasen en una partición de herencia convencional, podrían disgregarse y venderse. Perdiéndose su valor de conjunto o devaluándose ciertos inmuebles o acciones.
Asimismo, también se utiliza esta figura del fideicomiso, en el caso de que el heredero final no haya cumplido la mayoría de edad. O que, por temas de salud, o de otro tipo, se encuentre incapacitado para hacerse cargo de los bienes que va a heredar.
En estos casos, el fideicomitente, deberá encargar su patrimonio a alguien de confianza. El objetivo es que esta persona o empresa, pueda gestionar los bienes para que no pierdan valor. Derivando los beneficios al heredero final mientras que no pueda hacerse cargo. Algo que aportará mucha tranquilidad al fideicomitente o propietario originario.
Partes que intervienen un contrato de fideicomiso
En este tipo de contrato o acto, intervienen siempre las 3 partes que veremos a continuación. Y, a veces, se puede sumar una cuarta parte.
Fideicomitente
Es el propietario original de los bienes a legar. Se trata del causante del acto. Es decir, es el testador y el que inicia todo el proceso al querer otorgar sus bienes por medio de la figura del fideicomiso.
Fiduciario
Es la persona o institución que recibe la confianza del propietario o fideicomitente para administrar los bienes o acciones. Esta persona o institución no será el propietario final, ya que los bienes no van a ser de su propiedad. Sino que solo tendrá que gestionar los bienes y custodiarlos hasta que los pueda transferir al beneficiario final. Aunque, algunas veces, también puede obtener beneficios de ellos.
Fideicomisario
Es el propietario final de estos bienes transferidos previamente al fiduciario. Será el heredero del fideicomitente. Y podrá hacerse cargo del patrimonio legado cuando se cumplan los plazos y condiciones que haya marcado el primero. Esto suele pasar al cumplir la mayoría de edad, conseguir la formación necesaria, u otra especificación que imponga el fideicomitente. Y suele ser también el beneficiario de lo generado por dichos bienes.
Beneficiario
Suele coincidir con el fideicomisario. Si bien, en algunos casos, el fideicomitente puede establecer que el usufructo o parte del mismo que se genere a través de esos bienes, vaya para un beneficiario diferente del propietario final.
Ejemplo práctico
Para que se entienda mejor en qué consiste esta figura legal, vamos a poner un ejemplo de una situación que puede pasar.
Supongamos que una mujer quiere dejar su casa a una sobrina con la que tiene muy buena relación. En esta sucesión, quiere saltarse a sus hijos a los que no ve hace años. Así que, antes de morir, prefiere dejarlo todo bien atado.
Para ello, contrata una empresa especialista en hacer fideicomisos. Y, firma un contrato en el que, establece que una vez que haya fallecido, su casa pasará íntegramente a su sobrina. El contrato, queda firmado por la fideicomitente (propietaria) por el fiduciante (empresa) y por la fideicomisaria (la sobrina).
Al morir la propietaria, la empresa que estaba encargada de custodiar la casa, entrega a la sobrina de la dueña, este bien. De esta manera, la casa, ha quedado apartada del resto de bienes y activos que conforman la herencia dejada. Y la sobrina, puede disfrutar de la casa desde el primer momento.
Tipos de fideicomiso
Existen muchos tipos de fideicomisos que pueden dividirse según las condiciones, plazos, obligaciones, etc. que se impongan en el contrato. Así, los principales son:
Según la obligación del fiduciario
Por ejemplo, podemos dividir los tipos de fideicomiso según la obligación que tenga el fiduciario o persona intermediaria. Ya que, éste puede ser puro o de residuo. Así, en el fideicomiso de tipo puro, el fiduciario que recibe los bienes tiene la obligación de mantenerlos y no puede disfrutar de ellos.
Mientras que, en el fideicomiso de residuo el fiduciario puede disfrutar de los bienes. En algunos casos sí estará establecido que se mantengan o conserven un mínimo de bienes. Pero, en otros casos no será así. Y puede darse la situación de que, llegado el momento de recibir los bienes por parte del fideicomisario, ya no quede ninguno. Esto, porque no se estableció ningún tipo de restricción.
Además, también se pueden introducir cláusulas en las que se especifique si la obligación del fiduciante es de mera conservación. O, si por el contrario debe administrar los bienes y obtener beneficios que también pueden ser a su favor.
Según el momento de su entrada en vigencia
También puede estar condicionado por un plazo. Es decir, que se entregará en determinada fecha. Normalmente, cuando el beneficiario cumple la mayoría de edad. Aunque pueden establecerse otros momentos de entrada en vigor del fideicomiso.
Según su finalidad
La finalidad, también puede ser un condicionante a la hora de dividir los fideicomisos. Se trata de una condición que debe de estipularse en el contrato y puede ser muy variada. Por ejemplo, dejar un dinero para el pago de unos estudios, de la compra de una casa, de la celebración de un enlace.
Según su posibilidad de anulación
Otra forma en la que se pueden dividir los fideicomisos, dependen de su posibilidad de anulación o no. En este caso, nos encontraremos con los fideicomisos revocables o anulables y los irrevocables o no anulables.
En el primero, el fideicomitente puede cambiar de parecer en cualquier momento y cambiar cualquiera de las cláusulas del contrato. Es decir, puede cambiar a los fideicomisarios, a los beneficiarios, a los fiduciantes, los bienes y acciones que conforman el fideicomiso. E incluso, anular todo.
Mientras que, en los irrevocables o no anulables, no hay posibilidad de hacer ningún cambio. Y una vez fallecido el fideicomitente, este acuerdo deberá llevarse a cabo tal y como se ideó.
Según su forma de otorgamiento
En este caso, se puede diferenciar según se haya otorgado por medio de fideicomiso testamentario, de forma unilateral, consensuado…
Según la personalidad del fiduciante
Que puede ser una persona jurídica o física. O un grupo de personas.
Según la condición
En estos casos el fideicomiso puede estar condicionado por lo que imponga el testador. Si esa condición no se cumple, el fideicomiso no se entregará y el intermediario, seguirá gestionando los bienes.
Beneficios del fideicomiso
Entre los beneficios que podemos destacar de un fideicomiso, podemos nombrar los siguientes:
El patrimonio es inembargable
Es decir que, aunque algunas de las personas implicadas en este acto tenga deudas, el patrimonio que constituye el fideicomiso, no se puede embargar para pagar dichas deudas.
Se agiliza el proceso de sucesión
En el caso de establecer una sucesión por fideicomiso, los bienes son transferidos a los beneficiarios tras el fallecimiento del propietario. Así, se agiliza la transferencia y los nuevos propietarios, pueden empezar a gestionar y disfrutar del patrimonio de manera inmediata.
Ahorro en tiempo y dinero
Al ser todo más rápido y barato que una sucesión normal tras un fallecimiento.
Ser fiduciario no te obliga a tener una empresa
Para recibir los bienes y activos como fiduciario no es necesario constituir una empresa.
El fiduciario tiene que rendir cuentas
De cómo ha gestionado el patrimonio, los beneficios generados, las mejoras realizadas, etc. Todo debe quedar documentado para que el nuevo propietario pueda saber la situación en la que recibe los bienes y activos del fideicomiso.
Qué tener en cuenta antes de constituir un fideicomiso
A la hora de constituir un fideicomiso, lo primero que tendremos que tener en cuenta es qué se va a legar y a quien. Asimismo, es muy importante determinar qué persona o entidad será la intermediaria. Ya que tiene que ser de confianza.
Con esto, deberemos elegir si lo que queremos constituir es un fideicomiso puro o de residuo. Pues, con uno, el fiduciario estará obligado a preservar todo el patrimonio y con el otro, podrá hacer uso del mismo. Y, puede que gaste todo. Si ocurre esto último, el fideicomisario o beneficiario final, podría no recibir nada de lo legado.
Además, hay que tener en cuenta aspectos relacionados con el tipo de impuestos a pagar y en cómo se ha de tributar ante Hacienda. Por ejemplo, es el heredero final el que tiene que tributar por lo heredado. Pero el fiduciario o intermediario puede que no tenga que tributar nada. Esto ocurre, cuando no puede disfrutar de los bienes.
Pero, si se establece en el contrato que puede beneficiarse de los mismos, tendrá que tributar ante Hacienda por los beneficios obtenidos mediante la gestión de los bienes. Asimismo, en el caso de que sea necesaria una sustitución fideicomisaria, se exigirá el Impuesto de Sucesiones y Donaciones a quien realmente reciba la herencia según el artículo 53.3 del Reglamento de dicho impuesto.
Así como habrás visto, si quieres hacer un fideicomiso, es importante que tengas en cuenta varios aspectos. Nosotros como asesores inmobiliarios contamos con expertos que podrán ayudarte tanto si quieres legar bienes inmuebles como si los recibes.
Para ello, solo tienes que visitarnos en nuestras oficinas de Cerdanyola del Vàlles. O contactar con nosotros por cualquiera de las vías de comunicación con las que contamos. Estaremos encantados de asesorarte y acompañarte en todo aquello que necesites.
- Cofundador de Banker & House
- Gerente y director de operaciones
- Más de 25 años de experiencia en el sector inmobiliario